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Tema: Una vida transformada para Cristo

  • Foto del escritor: Michelle Velez
    Michelle Velez
  • 16 jul
  • 2 Min. de lectura

Por. Jan Carlos Fernández


1 Timoteo 1:12-14

"Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; más fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús."


Quizás hoy eres esa madre que ora todos los días para que Dios transforme la vida de tus hijos. Tal vez seas esa ese esposo que ora por la salvación de su esposa o viceversa. Incluso, puede que seas ese hermano o ese hijo que anhela ver a su familia sirviéndole al Señor. Quiero decirte que hay esperanza, no desistas en hacer el bien y orar. Saulo era un perseguidor de la iglesia, alguien quien llegaba hasta las casas para arrastrar, encarcelar o incluso matar a quienes creían en Jesús. Ese Saulo se convirtió en Pablo, el autor de la mayoría de los libros del Nuevo Testamento en la Biblia porque fue alcanzado por la gracia del Señor.


Te pregunto, acaso Pablo es solo una excepción o no dice la palabra en Hechos 16:31 "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa". No importa cuantas veces hayas llorado, orado y no hayas visto el milagro de salvación en tu familia o en tus amigos apreciados, sigue creyendo, sigue predicando, sigue modelando a Cristo. Si eres aquel que se ha alejado de Dios, no te preocupes, el Señor te ama y si te arrepientes de tus pecados, Él te perdonará con gusto y te recibirá en su Reino. Él te ama y anhela que seas salvo, así lo establece su palabra en Ezequiel 18:32 (TLA):

"No quiero que muera nadie. ¡Arrepiéntanse y vivan! ¡Lo dice el Señor!".


No pierdas la mejor oportunidad de la vida, conocer a Cristo, tu Salvador, tu Creador, tu razón de vida. Solo confiesa con tu boca que lo recibes en tu corazón, busca una iglesia que te ayude a crecer en la fe, adora su nombre y lee su palabra. De esta forma verás cada día que el Señor está cerca y que acampa alrededor de los que le temen. Dios te Bendiga.


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