Tema: Dios como Padre cuidador.

Por Jan C. Fernández

Jeremías 23:3

"Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán."

Existe un amor que nos acurruca y llena nuestra alma eternamente. Aunque hay personas que son capaces de amar con inmensidad y cambian las atmósferas que le rodean; nadie puede amarnos tanto como Dios nos ama. Dios es un Padre santo y cuando su pueblo perseguía la maldad, Él castigó sus malas obras, pero Él mismo les restauraba. Dios no hería a su pueblo para abandonarlo, sino para librarlos de su propia maldad. Actualmente, somos libres por el amor de Dios, pues envió a su hijo para morir por nuestros pecados y así darnos acceso a nuestra salvación. Él mismo nos recoge del hoyo que nosotros cavamos, Él es quien nos consuela cuando nos sumergimos en la maldad y es Él quien nos anima cuando nos desanimamos por creer las mentiras de Satanás. Por lo tanto, a pesar de que muchas veces sufrimos por nuestra propia culpa, Dios nos recuerda su pacto para con nosotros, pues sus promesas se cumplirán una por una en nuestra vida, pero necesitamos acercarnos a nuestro cuidador.