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Tema: La distracción en tu oración

  • Foto del escritor: Michelle Velez
    Michelle Velez
  • 28 nov 2022
  • 2 Min. de lectura

Por Jan C. Fernández


Cuando pensamos en distracción probablemente nos lleguen recuerdos de la escuela primaria o secundaria en donde tomabamos una clase muy aburrida. Esto causó que no prestáramos mucha atención y que nuestros pensamientos dieran vueltas y vueltas. Sin embargo, la distracción no es siempre así de inocente, sino que puede ser letal para nuestra vida. Por ejemplo, si estás cruzando la calle y te distraes puedes tener un accidente. Por lo tanto, la distracción existe para desconectarnos de algo y conectarnos a otra cosa. Es normal que, si hemos tenido un día cargado de trabajo, querrámos sacar unos minutos para jugar algo o comer y así distraernos, lo cual no tiene nada de malo. Ahora, una distracción radical puede separarnos de Dios.


1 Reyes 11: 4

"Y así sucedió. Cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses."


La distracción puede llevarnos a idolatrar algo que nos hace sentir aliviados de nuestras cargas o puede abrumar nuestra mente. Satanás utilizará la distracción para evitar que ores, porque sabe cuando abres tu boca, algo acontece en los cielos. Si comienzas a orar y te llegan pensamientos de tu rutina diaria, tus futuros quehaceres o peor aún, pensamientos de odio hacia Dios, tristeza profunda o confusión, pues quiero decirte ten paz. Este tipo de cosas ocurren porque el diablo está buscando la manera de evitar que te conectes con tu Padre Celestial, porque eso es sumamente peligroso para Él. Puede que pienses que tu oración no está causando ningún cambio, pero ciertamente puedo afirmar por experiencia propia, que nuestra oración mueve montañas. Esas montañas que evitan la salvación de tu familia, que evitan tu felicidad, tu paz, la solución a tu problema financiero, tu sanidad y que se oponen ante el plan de Dios para tu vida.


Debemos comprender que esas montañas son más vulnerables de las que pensamos, porque Cristo nos vistió de una armadura espiritual que prospera contra toda herramienta de las tinieblas. Básta ya de distraerte cuando vas a tener intimidad con Dios, reprénde los pensamientos que te abruman, lee la palabra o cántala, busca tu propia dinámica para concentrarte, pero no dejes que el enemigo apague tu pasión por Jesús, pues será esa pasión la que te dará una vida fructífera.


Dios te Bendiga.




 
 
 

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